jueves, 6 de noviembre de 2014

5-NO UTILIZAR AEROSOLES

Los aerosoles han sido los principales causantes de agrandar el agujero de la capa de ozono, que ha empeorado notablemente el calentamiento global. Esto se debe a que absorben y dispersan la luz solar, puesto que contienen una sustancia nociva llamada Clorofluorocarbonos (CFC's). Incluso tienen diversos efectos negativos en las nubes. Por ejemplo, al disminuir el tamaño de las gotas, se reduce la eficacia de las precipitaciones, lo que a su vez modifica el contenido del agua en estado líquido, el espesor de las nubes y su tiempo de vida.  

Sin embargo, la palabra "aerosol" se refiere en general a las diminutas partículas de polvo y pequeñas gotas que se encuentran en el aire. En este sentido, la naturaleza produce muchos de estos aerosoles, como la arena de las tormentas del desierto, las partículas de sal del océano, los cristales de hielo o las cenizas de incendios y erupciones volcánicas.  

Por otra parte, la actividad humana también contribuye a aumentar la cantidad de aerosoles en la atmósfera, no sólo los que están envasados sino aquellos producidos por las centrales eléctricas que emiten hollín negro y dióxido de azufre, las chimeneas de las fábricas, los gases de escape de los automóviles o los motores de los aviones. Estos aerosoles son tan pequeños que pueden propagarse por todo el mundo y pueden causar diversos efectos negativos en el medio ambiente y en la salud humana, como la lluvia ácida o el asma.  

Todos los que están leyendo este artículo se preguntarán: ¿desde cuándo y quién inventaron los aerosoles? ¿A quién se le pudo ocurrir que un recipiente metálico podría contener una sustancia que ayude a matar insectos, o quitar el mal olor en las axilas y pies, o simplemente para que nuestra casa huela a limpia después de ordenar y lavar? Resulta que la historia de este elemento tan utilizado por los seres humanos y tan perjudicial para el medio ambiente, es así: 

Entre los años de 1.920 y 1.930, un ingeniero noruego llamado Erik Andreas Rotheim presentó  ciertos aerosoles que contenían diversos mecanismos similares a los de hoy en día. Los primeros en comercializar este producto fueron los noruegos, pero no tuvieron éxito. Sin embargo, a finales de la década de 1.940 comenzó la fabricación masiva de aerosoles y todos querían tenerlos.  

Los aerosoles que se vendieron tanto en aquella época era un insecticida utilizado por los soldados norteamericanos para combatir las enfermedades causadas por insectos en el área del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. El excedente de este producto fue vendido en el mercado norteamericano, y tras el éxito obtenido se comenzaron a comercializar diversos productos como desodorantes o lacas para el cabello, que llegaron hasta Europa a principios de 1.950.  

De esta manera, cada vez inventaban más productos utilizados en aerosoles como los concentrados de café, chocolate o whisky. A finales de 1.970, tras la publicación del informe que alertaba sobre la disminución de la capa de ozono, los aerosoles se pusieron en el punto de mira por contener Clorofluorocarbonos CFCs. Finalmente, la industria cambió los CFCs por otros propelentes (gas que “impulsa” la salida del contenido de los aerosoles) alternativos, y pondría de moda el etiquetado "sin CFC".  

Con esta información, no quiere decir, que no se pueden usar, sí se puede hacer, pero no se debe abusar. Recuerden que los aerosoles no dejan de ser peligrosos, porque pueden contener algún mínimo porcentaje de fluorocarbono, o contener algún otro agente nocivo, bien sea para el planeta, o  para quien rocía al aire: el usuario. También afecta a los animales cercanos y las plantas.  

PROMUEVE EL NO USAR AEROSOLES







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